César Bollero
Coach & Mentor
Coach & Mentor
Las mayorías de las acciones que realizamos son instintivas, es decir, por impulsos que no necesariamente pasan por un pensamiento lógico, es un recurso de autodefensa inconsciente que cumple una función orgánica básica del ser humano que es protección. Y eso no está mal, aunque conscientemente no distinguimos cuando opera, lo que hemos aprendido diariamente lo aplicamos o pasa y no somos consciente, porque el proceso que se hace tan natural que es imperceptible.
Esta dicotomía que te plantea este título viene dada de la importancia de entender lo que realmente tenemos que hacer, al momento de actuar. La realidad, es que cada persona es distinta al igual que su razonamiento, todo se trata del nivel de compromiso que tengas con lo que debes resolver y si está alineado con el propósito que te hayas propuesto.
No hay una formula exacta que te garantice el resultado cuando actúas por impulso, entrenarte es hacerte consciente de tus capacidades y tus limitaciones. Esto puede ayudarte a evitar brechas que puedas crear de manera circunstancial o que ya has creado y no la sabes reconocer, pueden llegar a ser creencias limitantes.
El tener claro lo descrito, te ayuda a tener la seguridad necesaria para saber cómo conducirte frente a las situaciones, midiendo los riesgos y sobre todo darles más herramientas a tus instintos naturales, con la diferencia que ahora podrías llegar hacer más eficiente y asertivo.
«No hay una formula exacta que te garantice el resultado cuando actúas por impulso, entrenarte es hacerte consciente de tus capacidades y tus limitaciones.»
Teniendo esto claro, ahora puedes darte cuenta, que tal dicotomía no tenga que existir en tu vida. Ambas formas de actuar son válidas y circunstanciales, en algunos casos, por ejemplo, cuando son temas sencillos y con poco riesgo el pensar poco y actuar más rápido, te puede hacer eficiente y ágil porque operas de manera inconsciente basado en lo aprendido para influir en los demás (aplicas estrategias para liderar), tiene que ver con tomas de decisiones que no necesariamente son trascendentales.
Cuando se trata de temas complejos, es necesario pensar antes de actuar de manera racional y lógica, cuando esto pudiera afectar o beneficiar a terceros, sobre todo en aquellas decisiones que pueden llegar hacer sistémicas, ya que desde este punto de vista el tema cambia. No puede ser considerado a la ligera y se hace necesario reflexionar la opinión de los actores, las facciones, los liderazgos formales e informales, entre otros. Tener claro cómo impacta la decisión.
Ahora sabes o por lo menos tienes una idea, que no está mal ni bien lo que vienes haciendo, puedes profundizar en cómo ser más eficiente, siempre será una opción muy válida, conocerte a ti mismo. Hacer este ejercicio te permitirá ascender más rápido y liderar tus decisiones.
La clave de todo esto, es que de manera particular o con un profesional, logres hacerte consciente de la importancia de alinear tus tomas de decisiones con las metas que te propongas, esto es determinante para desarrollar la capacidad de generar en ti la reflexión profunda, sobre quién eres y como piensas.
Cuestionar las formas, los modelos mentales y creencia, para ir identificando limitaciones inconscientes, determinar los recursos que posees para actuar en pro de tus objetivos y cuáles son las nuevas herramientas que podrías adquirir para cumplir tus metas. Te ayuda a que, al momento de actuar, la duda no se presente, ya que pudieras proceder con conciencia plena de lo que haces. Así alcanzarás el éxito como un gran líder, sobre todo en esta sociedad que nada es firme y los cambios son paulatinos y progresivos, a veces imperceptible en una constante adaptación, sin reflexión.
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